"Nos
enseña que las personas con menos habilidades, capacidades y conocimientos
tienden a sobrestimar las capacidades y conocimientos que realmente tienen, y
viceversa. Así, los más capaces y competentes se infravaloran. ¿Cómo se explica
este extraño fenómeno?"
"El delincuente inepto que trató de ser invisible con zumo
de limón."
"A
mediados de la década de los '90, un recio individuo de 44 años habitante de
Pittsburgh, atracó dos bancos de su ciudad en pleno día, sin ningún
tipo de atuendo o máscara que cubrieran su rostro. Su aventura delictiva
terminó a las pocas horas de cometer ambos robos, durante su fechoría.
Al
ser detenido, McArthur Wheeler confesó que se había aplicado zumo de limón en
su cara, confiando en que el zumo le haría aparecer invisible ante las cámaras.
“No lo entiendo, yo usé el zumo de limón”, espetó entre sollozos en el momento
de su arresto policial.
Más
tarde se supo que la inaudita idea del zumo fue una sugerencia que dos amigos
de Wheeler explicaron días antes del atraco. Wheeler probó la idea aplicándose
zumo en su cara y sacándose una fotografía para cerciorarse de la eficacia. En
la fotografía no llegó a aparecer su rostro, probablemente porque el encuadre
de la misma fuera algo torpe y terminara enfocando el techo de la habitación en
vez de su cara cubierta de zumo de limón. Sin percatarse de ello, Wheeler dio
por válido que permanecería invisible durante el atraco.
Meses
más tarde, el profesor de Psicología social de la Universidad de Cornell, David
Dunning, no podía creer la historia del intrépido Wheeler y el zumo de limón.
Intrigado ante el caso, sobre todo por la incompetencia exhibida por el
frustrado ladrón, se propuso realizar una investigación con una hipótesis
previa: ¿Podría ser posible que mi propia incompetenciame volviera inconsciente de esa misma
incompetencia?
Una
hipótesis algo rebuscada, pero que tenía mucho sentido. Para llevar a cabo el
estudio que dilucidara si era cierta la hipótesis, Dunning escogió a un
brillante pupilo, Justin Kruger, con el objetivo de encontrar datos que
confirmaran o refutaran la idea. Lo que hallaron les dejó todavía más
sorprendidos."
"La investigación"
"Se
practicaron un total de cuatro investigaciones distintas, tomando como muestra
los estudiantes de la Facultad de Psicología de la Cornell University. Se
estudiaron principalmente la competencia de los sujetos en los ámbitos de la gramática,
el razonamiento lógico y el humor (que puede
ser definida como la capacidad para detectar aquello gracioso).
Los
participantes del estudio fueron preguntados, uno por uno, acerca de cómo
estimaban su grado de competencia en cada uno de los campos nombrados.
Posteriormente, se les hizo responder un test escrito para comprobar su competencia real en cada uno de los ámbitos.
Se
recogieron todos los datos y se procedió a comparar los resultados, para
observar si se había constatado algún sentido de correlación. Como puedes
imaginar, sí se encontraron correlaciones muy relevantes.
Los
investigadores se percataron que cuanto mayor era la incompetencia del sujeto, menos consciente era de
ella. Por contra, los sujetos más competentes y capacitados
eran los que, paradójicamente, más tendían a infraestimar su competencia."
"Conclusiones sobre el estudio Dunning-Kruger"
"Los
resultados arrojados por el paper científico pueden resumirse en una
serie de conclusiones. Podemos asumir que, para cierta competencia o respecto a
cierto área de conocimiento, las personas incompetentes:
- Se muestran incapaces
de reconocer su propia incompetencia.
- Tienden a no poder
reconocer la competencia de las demás personas.
- No son capaces de
tomar consciencia de hasta qué punto son incompetentes en un ámbito.
- Si son entrenados para
incrementar su competencia, serán capaces de reconocer y aceptar su
incompetencia previa."
"En
consecuencia, el individuo que alardea de saber cantar como un ángel pero sus
“conciertos” siempre quedan desiertos, está siendo una clara muestra del efecto
Dunning-Kruger. También podemos observar este fenómeno cuando los expertos en
alguna materia ofrecen opiniones y consideraciones deliberadas y sosegadas
sobre algún problema,mientras las personas
ignorantes en el asunto creen tener respuestas absolutas y sencillas a las
mismas cuestiones.
¿Conoces
a algún profesional de la Medicina? Seguro que te podrá contar cómo se
siente cuando algún paciente decide tomar un medicamento no prescrito por el
médico, basándose en la errónea idea de que como paciente “ya sabe lo que le va
bien y lo que no”. La automedicación, en este caso, es otro ejemplo claro del
efecto Dunning-Kruger."

"¿Por qué ocurre este
fenómeno?"
"Tal
como señalan Dunning y Kruger, esta percepción irreal se
debe a que las habilidades y competencias necesarias para hacer algo bien son,
precisamente, las habilidades requeridas para poder estimar acertadamente el
propio desempeño en la tarea.
Pongamos
algunos ejemplos. En el caso de que mi ortografía sea excepcionalmente mala, mi
conocimiento necesario para detectar que mi nivel en cuanto a la ortografía es
muy bajo y así poder corregir mi desempeño es, justamente, conocer las reglas
de la ortografía. Solo conociendo la normativa en la escritura soy capaz de tomar
conciencia de mi incompetencia, o bien en el caso de que una tercera persona me
haga caer en la cuenta, advirtiéndome de los errores ortográficos que he
cometido al escribir un texto. Detectar mi falta de habilidades en este área no
corregirá mis lagunas al respecto de forma automática; tan solo me conferirá
conciencia de que mis habilidades precisan más atención. Lo mismo ocurre con
cualquier otro ámbito de conocimiento.
En
cuanto a las personas que infravaloran sus capacidades y competencias, podríamos
decir que esto se produce debido al efecto de falso consenso: tienden a pensar que “todo el mundo lo
hace igual”, asumiendo así que sus habilidades se encuentran dentro del
promedio. Sin embargo, en realidad sus habilidades son claramente superiores."
"Reflexionando acerca del
efecto Dunning-Kruger"
"Si
algo podemos aprender del efecto Dunning-Kruger es que no debemos hacer mucho
caso cuando alguien nos diga que es “muy bueno” en algo, o que “sabe muchísimo”
de tal o cual cosa. Dependerá de cómo esa persona estime sus propias
capacidades el que pueda estar errado en uno u otro sentido: bien porque se
sobrestima, bien porque infravalora sus capacidades.
A
la hora de encontrar y contratar a una persona que se dedique a un área
compleja sobre la cual no tenemos muchas nociones (un informático, un
arquitecto, un asesor fiscal...) carecemos de los conocimientos necesarios para
evaluar su nivel de competencia en la materia. Por eso resulta tan valioso
consultar la opinión de antiguos clientes o de amigos que conozcan ese área
específica.
Lo
curioso de este efecto psicológico es que, además, aquellas personas
incompetentes “no solo llegan a conclusiones equivocadas y toman malas
decisiones, sino que su incompetencia no les permite tomar conciencia de ello”,
señalan Dunning y Kruger.
De
esta reflexión se desprende otra igual o más importante. En ocasiones, la
responsabilidad sobre los fracasos que experimentamos a lo largo de la vida no
son debidos al resto de la gente ni a la mala suerte, sino a uno mismo y sus decisiones.
Para ello deberíamos realizar un ejercicio de autoevaluación cuando
nos topamos con uno de estos obstáculos en algún proyecto o trabajo en el que
estemos inmersos.
Absolutamente nadie es
experto en todas las disciplinas de conocimiento y ámbitos de la vida; todos tenemos carencias e ignoramos muchas cosas.
Cada persona tiene cierto potencial de mejora en cualquier punto de su etapa
vital: el error es olvidar este punto."
Tomado de: https://psicologiaymente.net/psicologia/efecto-dunning-kruger